Si no cambias las sábanas esto podría suceder

Si no cambias las sábanas esto podría suceder

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Mira lo que pasa si no cambias las sábanas. Cambiar regularmente las sábanas es un hábito necesario para que la limpieza sea un buen punto de partida, pero hay personas que no lo hacen y esto puede provocar muchos problemas. Así que si acostumbras a cambiar las sábanas a menudo, después de leer esto te alegrarás mucho. ¿Qué se halla en las sábanas? Muchos quisieran saberlo todo, aunque a veces suene un poco arrogante. La mayoría de personas, si tuvieran la oportunidad de saber qué hay en una sábana usada, cambiarían de idea. Seguramente se sabe que las sábanas contienen unos insectos microscópicos llamados ácaros del polvo. Estos comen las células muertas de nuestra piel y se reproducen, viven y mueren entre los tejidos de nuestras sábanas. Esto provoca una grave alergia e incluso podemos padecer problemas con el sistema inmunológico, ya que estas bajan nuestras defensas.

Muy aparte de los ácaros del polvo, encontramos las células muertas de la piel. Y es que nuestro organismo despide más de un millón al día. Significa que si pasas un tercio del día durmiendo, se pueden encontrar cerca de 350 mil células. Además, el organismo segrega aceites naturales mientras estás durmiendo y estos también van a parar en tus sábanas. Y no nos debemos olvidar del sudor que queda en la sábana, sobre todo si en plena noche el calor está insoportable. Todo eso es absorbido por la tela y llega a quedar allí hasta que las laves. Esto también ocurre con otros fluidos como la saliva, la sangre, la orina y el semen. Y si eres de aquellas personas que adoran comer en plena cama, es muy probable que todo lo que has comido se llegue a esparcir por todos lados y te acuestes y quedes completamente dormido sobre todo el resto de comida.

¿Cómo evitarlo? Una solución importante para cambiar todo este problema es simple y sencilla, pues solo debes cambiar tus sábanas y lavarlas una vez a la semana. El plazo puede extenderse a dos semanas, pero no más. También deberás tener en cuenta la importancia de lavar la almohada por lo menos dos veces al año, ya que esta es susceptible a tener ácaros y gérmenes.

Además de cambiar regularmente las sábanas y lavarlas, existen algunas medidas adicionales que puedes tomar para mantenerlas limpias y libres de ácaros y gérmenes. Aquí te presento algunas recomendaciones:

  1. Aspira el colchón: Utiliza una aspiradora con un accesorio adecuado para aspirar el colchón de manera regular. Esto ayudará a eliminar los ácaros del polvo y las células muertas de la piel que puedan haber quedado atrapadas en el tejido.
  2. Utiliza protectores de colchón: Coloca protectores de colchón impermeables y transpirables para evitar que el sudor, la saliva u otros fluidos lleguen directamente al colchón. Estos protectores se pueden lavar fácilmente y protegerán el colchón de manchas y olores no deseados.
  3. Airea el colchón: Cuando cambies las sábanas, aprovecha para dejar el colchón al aire libre durante unos minutos. La ventilación ayudará a eliminar la humedad y a reducir la proliferación de ácaros y bacterias.
  4. Lava las almohadas con regularidad: Además de las sábanas, las almohadas también acumulan ácaros y gérmenes. Lávalas siguiendo las instrucciones del fabricante o utiliza fundas de almohada que sean fáciles de lavar.
  5. Mantén una buena higiene personal: Ducha regularmente antes de acostarte para eliminar la acumulación de sudor y suciedad en tu piel. Además, evita comer en la cama, ya que los restos de comida pueden atraer insectos y generar manchas y olores desagradables en las sábanas.

Recuerda que mantener tus sábanas limpias y libres de ácaros y gérmenes no solo contribuirá a tu comodidad durante el sueño, sino que también promoverá un ambiente más saludable en tu hogar. ¡Así que no descuides este aspecto importante de la limpieza y el cuidado personal!