Estos son los seis objetos que tocamos a diario con más bacterias que un inodoro. Solemos tener asociado el concepto de inodoro con bacterias, suciedad y posibilidad de contraer alguna infección. Evidentemente, cuando está en un establecimiento público, tomamos todas las precauciones posibles para que ninguna parte de nuestro cuerpo toque o roce en él. Pero no solemos ser conscientes de que son muchas las ocasiones en las que esos servicios en establecimientos públicos suelen ser limpiados y desinfectados a conciencia varias veces a lo largo del día, pudiendo ser incluso mucho más higiénico que algunos de los objetos que a diario tocamos y que verdaderamente sí tienen una gran cantidad de bacterias que podrían ser altamente perjudiciales para nuestra salud.
- El dinero: las monedas y billetes que a diario manejamos, con los que pagamos y nos devuelven el cambio, han pasado en la inmensa mayoría de los casos por miles de manos diferentes antes de llegar a nosotros. Humanos que pueden estar sucios por infinidad de motivos e incluso haber pasado antes de llegar a nosotros por las manos de alguna persona enferma, incluso aquejada de cualquier patología infecciosa. De ahí que no sea nada aconsejable el ir toqueteando el dinero que llevamos en los bolsillos, y debemos procurar lavarnos las manos después de haberlo tocado.
- Los carritos del supermercado: son tocados y llevados por infinidad de personas, pero no solo la barra con la que se empuja está llena de esos indeseables microorganismos, sino la cesta donde depositamos los alimentos que después vamos a ingerir. Muchos son los progenitores que acuden a realizar la compra con sus hijos, y lo más cómodo para ellos es colocar al pequeño dentro de la cesta, sin tener presente que los zapatos de éstos están sucios, pudiendo haber pisado cualquier desperdicio y cuyas suelas tocan la parte donde después irá depositada la compra. También cabe destacar que, en algunas ocasiones, queda abandonado algún tipo de resto alimentario en el carro, por ejemplo, una hoja de lechuga, que puede acabar descomponiéndose allí durante varios días sin ser retirado ni limpiado, sobre todo en las grandes superficies donde hay cientos de carros dispersados por un área muy grande y no solo limpiados a diario.
- El control remoto: un objeto que es utilizado a diario por todos los miembros de la familia o personas que convivan en la misma casa, sin mirar si uno tiene las manos limpias. Lo usamos mientras estamos comiendo e incluso estando enfermos, que es uno de los momentos en los que más tiempo se mira más la tele desde la cama o el sofá. Tampoco nos preocupamos demasiado si se nos cae al suelo o nuestra mascota lo lame. Menos aún solemos limpiarlo al momento, sino que le damos con el paño de tanto en tanto cuando toca quitar el polvo.
- La tabla de cortar los alimentos: que tenemos en la cocina es otro importantísimo foco de bacterias si no tomamos las adecuadas precauciones. Muchas son las personas que, tras usarla, solo le pasan un paño húmedo bajo el chorro del grifo, pero no la limpian en profundidad. En ocasiones, quedan pequeñísimos rastros de alimentos que acaban descomponiéndose. Esto es posible porque se quedan dentro de pequeños cortes que se han hecho en la superficie de la tabla con el uso continuado. Es recomendable que, tras cada uso de la tabla, se deje sumergida en remojo con unas gotas de detergente, preferiblemente bacteriológico e incluso lejía, y después frotar o rascar la superficie, aclarar y secar bien antes de guardarla para que no aparezca moho.
- El estropajo o esponja de cocina: es uno de los objetos que más utilizamos para limpiar, pero también tiene la extraña habilidad de recoger todos los restos e incluso la humedad del ambiente. Es importante asegurarse de mantenerlo limpio y cambiarlo regularmente para evitar la proliferación de bacterias.
- El teclado del ordenador: es un foco de microorganismos que utilizamos a menudo sin tener presente si nos hemos lavado las manos correctamente. Incluso lo usamos después de haber comido algo, dejando algunos restos. Evidentemente, el riesgo del teclado de nuestra casa es sumamente pequeño en comparación con los que se encuentran en lugares públicos, como un cibercafé, donde son usados por docenas de personas diferentes.
Es importante tener en cuenta la higiene y la limpieza de estos objetos que tocamos a diario para evitar la propagación de bacterias y proteger nuestra cuerpo.